Es un perro procedente de Inglaterra que, aunque posee un aspecto fiero y temible es amable y cariñoso con adultos y niños. No obstante, esta raza requiere de una firme educación ya que, debido a su fuerza física, puede constituir un peligro para otros animales de su especie. Este perro es definido como el gladiador de la raza canina por su valor y su fuerza. No en vano, en el pasado fue empleado como guardián de las ovejas y como cazador de ratas, para convertirse después en un perro de compañía con capacidad suficiente para defender hogares y personas.
Origen:
El Bullterrier tiene su origen en Gran Bretaña, cuando en el siglo XVII, se comenzó a cruzar diversas razas de terrier con el objetivo de crear perro de lucha. A esas razas se añadió el English Toy Terriers y Whippets, para dar mayor fuerza, agilidad, rapidez y ferocidad.
Aproximadamente en el año 1860 se intentó refinar la raza incorporando cruces con English White Terrier y, posiblemente, con Dálmata y Pointer español. El resultado fue un perro de color blanco, muy musculoso y dotado de una cabeza muy bien definida. Además, poseía las patas más cortas que las de sus antecesores. Posteriormente, en la década de los 20 del presente siglo, se introdujo un toque de color en el pelo con el fin de evitar la tendencia a la sordera de las razas albinas.
Descripción:
Esta raza de perro posee una estatura de entre 36 y 39 cm. y un peso de entre 23,5 y 29 Kg. En cuanto a las características de su cuerpo, éste es un animal fuerte y potente, lo cual se refleja especialmente en su cabeza, que tiene una forma ovalada y larga, sin stop.
Asimismo, sus mandíbulas son muy potentes, con mordida de tijera, y sus dientes suelen ser sanos y regulares. Continuando con la zona facial, los ojos del Bullterrier son oscuros y pequeños, en forma de almendra. La distancia desde la punta de la nariz hasta los ojos, debe ser mayor que la que hay desde los ojos a la parte superior del cráneo. Por su parte, las fosas nasales se presentan bien desarrolladas y el maxilar sólido y vigoroso.
El cuello del Bullterrier es musculoso, largo y arqueado, adelgazándose gradualmente desde los hombros a la cabeza, sin presentar papada. En lo que a su cuerpo se refiere, hay que señalar que es bien redondeado, con las costillas bien arqueadas, y muy profundo desde la región de la cruz hasta el pecho, de manera que el segundo se presenta más cercano al suelo que el abdomen. Además, posee un dorso corto y fuerte y la línea dorsal que se encuentra detrás de la cruz es horizontal, aunque se va arqueando levemente para presentar unos ijares amplios y muy musculosos. La línea inferior que va desde el tórax hasta el abdomen debe ser una curva ascendente.
Por otro lado, las extremidades anteriores presentan unos hombros fuertes y musculosos, aunque nunca pesados, con las escápulas amplias, planas y mantenidas, muy pegadas al tórax y oblicuas desde la parte inferior a la superior, de forma que haga un ángulo recto con el antebrazo. Sus codos son rectos y fuertes, perfectamente paralelos. En los perros más adultos de esta raza, la longitud de los miembros delanteros debe ser aproximadamente igual a la profundidad del tórax.
Sus extremidades posteriores son paralelas si se observan desde atrás, presentan unos muslos musculosos y unas piernas perfectamente desarrolladas. Las articulaciones femorotibiorotulianas (rodillas) y los corvejones, de huesos cortos y fuertes hasta los pies, presentan una correcta angulación. Por su parte, los pies deben ser redondos y compactos con sus dedos bien arqueados, mientras que su cola es corta, de implantación baja y suele ir horizontal, gruesa en la base y adelgazándose hacia una punta fina.
Finalmente, el pelaje presenta un aspecto corto, apretado y es áspero al tacto. No obstante, el pelo del Bullterrier posee un fino brillo. La piel de este perro se encuentra adherida al cuerpo y es posible que en invierno le crezca una capa de sub pelo de textura suave. En cuanto al color, hay que señalar que esta raza puede ser blanca, de un blanco puro. Asimismo, se pueden encontrar ejemplares de color, siendo los preferentes el negro atigrado, el rojo, el cervato y el tricolor.
Entrenamiento:
Es un perro muy inteligente que requiere de un entrenamiento extensivo, que a veces puede resultar difícil. Tiende a ser obstinado e independiente, por lo que necesita saber que el dueño es quien está al mando.
Carácter:
El Bullterrier tiene un temperamento equilibrado y obediente. Además, es muy amigable y cariñoso con el hombre, a pesar de ser muy testarudo. Así será un perro fiel y leal con sus amos, si cuenta con cariño. De lo contrario, se puede mostrar agresivo e incluso puede suponer un peligro para otros perros.
Además, esta raza se caracteriza por tener una enorme confianza en sí mismo y por ser muy protector con quienes le rodean. No es muy dado a provocar peleas sin motivo aparente, pero no hay que olvidar que en tiempos anteriores fue utilizado para el combate, por lo que si se le incita a pelear lo hará sin vacilaciones.
Para evitar un comportamiento agresivo, es necesaria una educación severa desde la más temprana edad del perro, ya que éstos muestran su fuerte temperamento desde entonces, provocando peleas entre sí, pudiéndose provocar serias heridas. Por ello, si se le ofrece una equilibrada mezcla de cariño y educación, el Bullterrier será un perro de compañía muy sensible, capaz de adaptarse al estado de ánimo de su amo, y muy cariñoso con los niños.
No obstante, no es recomendable dejar a esta raza a solas con niños menores de 8 años, porque puede hacerles daño, no intencionadamente, sino por su enorme fuerza que a veces no puede controlar.
Cuidados:
En cuanto a los cuidados que requiere, hay que explicar que este perro es enormemente ágil y rápido, a pesar de su aspecto compacto y musculoso, por lo que necesita de actividad física constante, con el fin de evitar la obesidad cuando se convierta en adulto. Al Bullterrier le encanta ejercitarse en el campo, al aire libre, e incluso ir a cazar.